Desde que la Comisión para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) impusiera la prohibición de captura en el Atlántico norte este año la flota de palangre da por perdido este caladero.
No obstante, puede ser capturado en otras zonas pero a día de hoy no se conocen los cupos CITES —que deberían haber estado decididos y anunciados el día 1—, ni se ha establecido la operativa administrativa para expedirlos ahora que la gestión ha pasado de Comercio al Ministerio de Transición Ecológica.
Las organizaciones de productores han realizado la consulta a las Administraciones competentes (Pesca, Comercio y Transición Ecológica), pero no han obtenido las respuestas que den la seguridad jurídica que necesitan. Esa descoordinación podía ser comprensible el primer año de aplicación de los certificados CITES, en el 2020, pero el problema se volvió a repetir en el 2021 y este 2022 amenaza con un panorama todavía peor, recogían en un comunicado reciente la OPP – Burela, Opromar, Opnapa y Orpagu, asociados de INTERFISH.
La Secretaría de Pesca ha anunciado un reparto de las cuotas para poder vender la especie dado que la única medida tomada hasta el momento fue la de prohibir retener la especie de forma global, mientras otras flotas capturan esa misma variedad ante la impotencia de los armadores y organizaciones que los representan, que ven sistemáticamente desatendidas sus peticiones urgentes.
Fuente: www.europa-azul.es