El marrajo (Isurus oxyrinchus), también conocido como mako por su nombre en inglés, es un tiburón de la familia lamnidae de hasta 750 Kg y entre 3,5 y 4 metros de longitud, de color azul oscuro, casi negro por el dorso y los lados, y vientre blanco. Su cuerpo fusifiorme, robusto, macizo y muy hidrodinámico, posee cinco aberturas branquiales, un morro cónico, largo y muy picudo que alberga una boca en forma de «U» invertida provista de dientes curvos de borde liso.
Se trata de un tiburón solitario, activo y nervioso, que se alimenta peces pequeños, como la caballa, el calamar, el jurel, la sardina o el bonito; y de grandes peces como el atún rojo, delfines, otros tiburones o el pez espada. Respecto a este último, cabe señalar que el marrajo es su depredador más importante, representando el pez espada una importante presencia en su dieta. A pesar de su voracidad y peligrosidad, el marrajo no está en la cima de la cadena alimentaria ya que la orca es su predador natural.
El marrajo se encuentra a profundidades inferiores a los 500 metros, en el océano Pacífico, Atlántico, Índico, mar Mediterráneo y mar Caribe. En cuanto a su reproducción, es ovovivíparo, con camadas de entre 4 y 8 crías. Estos pequeños tiburones al nacer alcanzan unos 70 centímetros, creciendo hasta 1,9 metros, en el caso de los machos y 2,6-2,8 metros en el caso de las hembras.
Un dato curioso sobre este escualo es que cuando tiene crías en su vientre, los embriones más desarrollados o las crías más desarrolladas se comen a sus hermanos y a los huevos, esta actividad de canibalismo se llama oofagia.
En lo que respecta a su importancia nutricional, es muy rico en proteínas de alto valor, su carne es sabrosa y suave, con un contenido moderado de grasa. Al igual que la tintorera y el pez espada, el marrajo ofrece una buena digestibilidad y un aporte significativo de proteínas, por lo que es una muy buena opción nutritiva para todas las edades.